La primera vez que entendí lo que era la brisa caleña, fue en los recorridos hacia mi escuela, en el bus en el que recorríamos la ciudad soleada de los noventas. Allí, con mi uniforme de colegiala, entendí por primera vez que el aire que respiraba en mi barrio era muy distinto al de mi escuela, arriba en las montañas.
Recuerdo muy bien una mañana en la que hacía tanto frío que podíamos ver nuestra propia respiración y con mis amigas jugábamos a hacer pequeñas nubes. Ese fue el primer momento en el que entendí la maravilla que es tener un aire limpio para respirar. Ya en el recorrido de regreso, aparecían ante mí esos carros llenos de mugre que contaminaban todo a su paso. Recuerdo más tarde en los años de universidad, como subir al transporte urbano era sinónimo de llegar a clase con un olor impregnado a combustible, que era imposible de olvidar. Mi sensación sobre la calidad del aire sucio cambiaba al entrar en el campus, lleno de arboles de mango, lagos y animales, entre pájaros, iguanas y peces. ¡La sensación térmica era completamente diferente!
Llegó la pandemia en 2020 y con ella, una nueva escena del aire en Cali. La cuarentena apagó industrias, automóviles, motocicletas. El aire limpio era titular de noticias, junto con el descenso de enfermedades respiratorias, retornaron muchas especies animales a ocupar los territorios urbanos y naturales. La ciencia tuvo una gran fiesta, mientras resolvíamos el contagio, científicos descubrían que el cambio climático adquiría nuevas dimensiones.
Años más tarde, en el auge de muchas movilizaciones del cambio climático, conocí a dos amigos que me invitaron a unirme a una idea: medir la calidad del aire de esa ciudad que siendo niña y joven recorría. La invitación me hizo pensar en proteger esos recuerdos y esos espacios descontaminados de mi vida, para exigir ante autoridades y tomadores de decision que el aire es clave para nuestra salud, bienestar y futuro.
Este proyecto busca hacer visible lo invisible. Generar espacios de encuentro para muchos científicos ciudadanos se tomen las calles de la ciudad y griten cómo está la contaminación del aire, que los datos sean los nuevos titulares, y que las historias del aire sean tenidas en cuenta en espacios que antes no lo hacían.
Toma aire y piensa en la vida que entra por tu nariz a tu cuerpo. Exhala. Siente cómo tu cuerpo se relaja. ¿Lo ves? El aire que respiramos está siempre ahí pero al tiempo no lo vemos.
Debemos cambiar la forma como vemos el aire que respiramos. La pandemia ahora está en la contaminación atmosférica. Y crece lentamente pero crece a diario y sin pausa. Si no hacemos algo ahora mismo, veremos la vida languidecer ante nuestros ojos.
Las enfermedades respiratorias volverán a quitarnos calidad y cantidad de vida. (Insertar datos epidemiológicos) Tendremos que adaptarnos a condiciones difíciles para respirar. El aire que tanto nos da, se convertirá en una amenaza. ¿Quieres ser parte del cambio? Tenemos una invitación para ti.
Tángara es un movimiento. Una fuerza ciudadana que quiere cambiar la capacidad de comprender la calidad del aire en Cali. ¿Cómo? Instalando y cuidando sensores de calidad de aire en la ciudad. Esos sensores, cantarán, como las aves, en qué condiciones está el aire. Y su canto, se convertirá en mensajes que todos y todas podremos entender en espacios al aire libre. Tendrá la voz de la ciencia de la ciudadanía. Esa voz propondrá soluciones para fuentes de contaminación identificadas en las zonas donde las aves aniden. Esa voz denunciará ante las autoridades con la fuerza de un huracán. Esa voz hará posible que todos queramos cuidar el aire que respiramos. Y que hoy tomamos por sentado.
Vamos a hacer visible lo invisible. Vamos a crear esa misma conciencia en más personas. Defendamos juntos y juntas con mucho amor, persistencia y humildad esto que es un bien común incalculable. Únete hoy para cuidar del aire de Cali.
Si te unes a Tángara, entenderás cómo medir la calidad del aire, cómo crear conciencia y cómo cambiar comportamientos para cuidar del aire en los próximos 12 meses. Serás parte de uno de los comités ciudadanos, hablarás con vecinos, amigos y familiares sobre lo que pasa con el aire ahora mismo. Entenderás qué debemos hacer y cómo debemos hacerlo para protegerlo. Propondrás alternativas para resolverlo dependiendo de las causas que identifiques. Aprenderás a crear tecnologías para el cambio, compartirás en talleres y espacios con médicos, ciclistas, geógrafos y otros expertos. Y podrás sentarte con tomadores de decisión para cambiar aquello que no está funcionando en el cuidado del medio ambiente en la ciudad.
Únete al grupo de Tángara, activismo del aire, en WhatsApp ahora mismo acá.